21 días positivos

Cuando realizamos una actividad por primera vez siempre es necesario cierto esfuerzo. ¿Te acuerdas lo que te costó aprender a escribir bien tu primera letra? Gracias a la repetición y la práctica acabas automatizando esas acciones al principio tan costosas y las puedes hacer sin mucha concentración.

Este mecanismo por el que una acción llega a ser hábito también es aplicable al pensamiento. De mucho repetir un discurso finalmente lo acabas pensando de modo automático y asumiéndolo.

¿No te ha pasado tener algún día en que te quejas por todo y estar con la sensación de no poder parar? Eso es la queja convertida en hábito. ¿Sabes cómo abandonar el hábito de quejarte? Sigue leyendo :)

El reto de hoy: 21 días sin quejas

  • Tu aliado será un elemento que siempre lleves puesto en una mano, por ejemplo un anillo o un reloj.
  • Bien. Ponemos el contador de días sin quejas…
  • Hay que estar alerta para pillar la queja. Por ejemplo: ¡Qué calor! ¡qué frío! ¡que sueño! ¡vaya pelos! ¡no me cae bien! ¡cuánto tráfico! ¡cuánto ruido!…
  • Al detectar la queja tienes que cambiar tu elemento aliado de mano y volverás a poner a cero el contador de días sin quejas.
  • El reto continúa activo hasta que consigas acumular 21 días completos sin una queja.

Si tratas de lograr este reto, estás instaurando un nuevo hábito positivo, el de no quejarte en el día a día, centrándote así en ver lo positivo de la vida en vez de lo negativo.

Vuelve por aquí cuando acabes el reto y cuéntame cuánto tiempo necesitaste para acumular los 21 días. A ver quién de nosotros gana ;)

P.S.: La idea original del reto es de Will Bowen.

Dieta emocional: a raya con el mal rollo

Carcajadas, una foto de r2hox con licencia Creative Commons Attribution-Share Alike 2.0 Generic license.

Carcajadas, una foto de r2hox con licencia Creative Commons Attribution-Share Alike 2.0 Generic license.

¿Sabes lo sencillo que resulta minar tu estado de ánimo?

Si no lo sabes, te aseguro que es muy fácil y habitual. En mayor o menor medida todos lo hacemos de un modo inconsciente. Por ejemplo, cuando ponemos la televisión y nos exponemos al flujo de noticias negativas del telediario o hablamos una y otra vez con nuestros amigos de lo mal que está la situación.

Cuando esto sucede nos adentramos en un bucle de negatividad desde el cual resulta complicado ver algo positivo y encontrar razones para estar de buen humor.

Por qué el mal humor no es un buen amigo

Pues porque es un plomazo y porque reír es saludable. Las investigaciones lo demuestran. Bueno, lo de que sea un plomazo no :) Además, el buen humor ayuda a mejorar tu salud física y emocional.

Cómo estar de buen humor

Existen muchas formas para estar de buen humor y lo mejor es que conoces unas cuantas: ¿Qué has hecho ya en alguna ocasión que te ha puesto de buen humor? Tal vez hay una persona a la que admiras y que sabe hacer reír a todos los que están a su alrededor. Averigua cómo lo hace.

Además de los recursos que tú ya tienes para estar de buen humor, te propongo una dieta emocional para ejercitar el músculo del buen rollito y conseguir el mejor estado de ánimo del mundo:

  • Vuelve a ver una película o serie con la que te hayas reído a carcajada limpia. Ponte a dieta de dramas por un tiempo ;)
  • Si vas al teatro, ¿qué tienes que elegir, Macbeth o un monólogo de Joaquín Reyes? ¿A que ya sabes la respuesta?
  • ¿Televisión? Pues que sean programas de risa y con mensajes positivos.
  • Cuando estés con personas busca temas divertidos para vuestras conversaciones: chistes, anécdotas graciosas, todo vale con tal de reírse.

Bueno. Y tú, ¿qué haces para estar de buen humor? ¿Qué películas o series has elegido para reír esta semana?

Como extra de esta semana, este vídeo en el que puedes ver cómo el cerebro procesa el sentido del humor y los beneficios que el buen humor produce.

Resumen semanal

Ya es viernes y aquí están algunos de los artículos más interesantes que he leído en prensa esta semana. ¡Seguro que te gustan!

¿Mejor sólos o acompañados?

El hecho de estar solos nos hace disfrutar de una serie de privilegios como tener el sofá entero para uno mismo o poder dormir ocupando la cama entera. Darwin rechazaba todas las invitaciones a fiestas y del aislamiento de su creador nació el primer ordenador Apple.

No creo que haya que decidir si es mejor estar sólo o acompañado, más bien se trata de aprovechar los beneficios que cada situación proporciona. Pero por si acaso quieres confirmar si realmente la soledad tiene beneficios, te dejo este artículo de El País donde cuentan las conclusiones de varias investigaciones sobre sus efectos positivos.

Si quieres vencer a los sentimientos negativos no luches contra ellos

Queremos ser felices y esto pasa por no estar tristes o enfadados. Así que cuando nos sentimos tristes queremos a toda costa que este sentimiento desaparezca y luchamos contra él. Esta actitud resulta agotadora y puede producir el efecto contrario. Si algo para nosotros es triste o nos produce ira, aceptemos que es así sin dramatizar ya que esto nos bloquea e impide que aceptemos y gestionemos nuestras emociones para ser felices. En este artículo nos cuentan más sobre el tema.

¿Es feliz tu español?

Nos cuentan en un artículo de El País, que en 1969 un grupo de psicólogos sociales llegaron a la conclusión de que en los humanos existe una tendencia universal a usar con mayor frecuencia y variedad palabras positivas que negativas, esta teoría es conocida como la hipótesis de Pollyana. Ahora la universidad de Vermont (E.E.U.U) ha querido demostrar dicha hipótesis. Según Peter Dodds, el principal autor del nuevo estudio, el español de México y el portugués de Brasil son los idiomas más optimistas, mientras que el chino y el coreano lo más pesimistas .

Y tú, ¿te has fijado si en tu vocabulario hay más palabras positivas que negativas? Echa un vistazo en tus redes sociales a ver qué palabras usas en tus publicaciones.

¡Feliz fin de semana!

Descubre lo mejor de ti: tus talentos

Según Ken Robinson, educador británico considerado un experto en creatividad, todos tenemos un talento que coincide con nuestra pasión, algo que se nos da bien hacer con naturalidad y que disfrutamos haciéndolo, el lo llama el elemento.

Descubrir el elemento es muy importante para conocerte a ti mismo/a pues supone descubrir lo mejor de ti. Y esto te va a hacer más fácil alcanzar una vida satisfactoria.

Puedes reconocer tu elemento porque te gusta pasar horas de tu tiempo dedicado/a a ello. Incluso puedes perder la noción del tiempo cuando te dedicas a lo que te apasiona.

Si no logras indentificar cuál es “tu elemento”, te invito a que realices el ejercicio que propone Ken Robinson para descubrir tu talento: hacer un tablero de sueños creando un conjunto de imágenes tipo collage que van a reflejar, tus aspiraciones y tus sueños, para visualizar el tipo de vida que te gustaría tener.

Encuentra tu talento con el Tablero de sueños

  1. Busca en revistas o en internet imágenes que te atraen, que reflejen tus aficiones y lo que quieres hacer en tu vida
  2. No utilices fotografías personales que tengan que ver con tu pasado, estamos dibujando tu futuro
  3. Como tablero puedes usar lo que quieras, por ejemplo una cartulina. Organiza como quieras las imágenes, usa alfileres o imanes para poder moverlas a lo largo del día
  4. Mantén tu tablero dónde puedas verlo cada día
  5. Mirando el tablero pregúntate a menudo qué haces para que tu vida se parezca a lo que quieres, cómo pasas tu tiempo, si te gusta lo que haces o si te gustaría hacer otras cosas y qué es lo que echas en falta en tu vida. Refleja todo esto en tu tablero y modifícalo a medida que vas descubriendo lo que te importa.

Te animo a que hagas esta actividad, descubras tu/s talento/s y a que nos lo cuentes en los comentarios.

Y para que no te quedes con ninguna duda, aquí tienes un vídeo de Elsa Punset, escritora y divulgadora de la aplicación de la inteligencia emocional, en el que explica de un modo muy claro este ejercicio.

Si quieres alcanzar un objetivo, prémiate

Tener un objetivo específico con un plan definido para alcanzarlo nos ayuda a llevar mejor el día a día. Tu objetivo puede ser superar un examen con éxito, adelgazar, un nuevo proyecto empresarial, correr una media maratón, hacer un viaje o encontrar trabajo.

Independientemente de tu objetivo, el simple hecho de tenerlo hace que te levantes todos los días con un propósito y te sientas cada vez más feliz al acercarte a tu meta. A todos nos encantaría poder conseguir lo que nos hace sentir bien ahora mismo, de hecho ¡ya!, pero como adultos sabemos que eso es imposible, que es necesario un proceso para alcanzar lo que queremos.

¿Qué puedes hacer para mantener la motivación y no quedarte en el intento? Objetivos a corto plazo y premios

Márcate pequeños objetivos a corto plazo que tengan que ver con tu objetivo final. Por ejemplo, objetivos semanales. No olvides premiarte a medida que alcances tus pequeños objetivos.

Así, al trabajar a corto plazo y obtener recompensas por ello, te vas a sentir bien y motivado/a para mantener la conducta que te lleve a lograr tu objetivo.

Por ejemplo, si estás buscando empleo, piensa cuál puede ser tu objetivo semanal que te acerque a tu meta. Podría ser hacer un currículum nuevo y entregarlo a cinco empresas. ¿Lo has hecho? Muy bien, pues tienes que premiarte.

Si estás preparando un examen para junio, marca concretamente qué es lo que tienes que estudiar esta semana. ¿Ya tienes hecho tu guión semanal? Pues, ¡premio! :D

¡Los premios!

Los premios son recompensas que a ti te producen bienestar y al recibirlos vas a ser consciente de que es tu recompensa por el esfuerzo realizado durante la semana.

Además, los premios no tienen que ser algo material. Para ti puede ser que funcionen como premio unas palabras bonitas, dar un paseo disfrutando el momento, ver una película, prepararte una cena especial, ponerte una foto del próximo viaje que vayas hacer en tu lugar del trabajo y pensar en ello durante tu tiempo de descanso,…

Y tú, ¿qué objetivo te vas a marcar esta semana que te acerque a tu meta? Y, ¿cómo te vas a premiar para mantenerte motivado/a?