Pasas todo el día hablando contigo mismo y todo va bien mientras te tratas con respeto. Pero esto no siempre es así. Si empleas un discurso negativo sobre tus capacidades y habilidades, o sobre lo que te depara el futuro, acabas asumiéndolo como real. Es entonces cuando sientes la desmotivación, el desanimo, y cuando dejas de creer en ti mismo/a.

A nuestro discurso interior yo lo llamo Pepito Grillo. Bien, pues a Pepito le encanta estar pendiente de si te confundes y decirte lo mucho que te va a costar hacer algo… Sí, Pepe puede llegar a ser bastante cruel. Pero Pepe, Pepito para los amigos :), también puede transformarse.

¿Te gustaría que Pepito te tratara de otra manera? Pues sólo tienes que hablarte a ti mismo de otra forma ;). Te propongo un truco para que te resulte fácil. Para comenzar con la propuesta de esta semana tienes que coger una foto de cuando eras pequeño que te guste. Puede ser la que tu quieras. ¿Tienes ya la foto? No la veo… si no la tienes a mano, no sigas leyendo hasta tenerla.

Reto de la semana: La increíble transformación de Pepito Grillo

Ahora que estas mirando tu foto, háblale tal y como lo haces contigo mismo. ¿Cómo te tratas?¿Cómo juzgas lo que haces o no haces?¿Qué auguras para tu futuro?¿Qué te has recriminado a ti mismo hoy?¿Te has aplaudido por lo que sí has hecho?¿Cómo te sientes?

¿Qué te parece lo que le has dicho al niño de la foto?¿Cómo crees que va actuar con lo que le estás diciendo?¿Esos pensamientos le resultan útiles para algo?

Te pongo el ejemplo de cómo hicimos esta actividad con una cliente durante una sesión previa a una entrevista de trabajo a la que se iba a enfrentar:

Marta: Hoy le he dicho a esa niña de seis años: no vas a conseguir ese trabajo, no les vas a gustar, van a notar que eres una insegura, no conseguirás trabajo jamás y menos tal y cómo están las cosas.

Yo: ¿Cómo crees que se sentirá al oír todo esto la niña de la foto?

Marta: Pues es una niña de seis años. Se sentirá muy mal; triste, desanimada, sin ganas de nada, con miedo por lo que le espera. Actuará nerviosa en la entrevista, pero en general en su día a día también estará triste por el futuro que le espera por todo lo que le he dicho. No creo que me resulte útil para nada el pensamiento.

Después de darse cuenta de cómo se hablaba a sí misma, le propongo a Marta una alternativa realista a su discurso: Puede que lograr el trabajo sea difícil, pero no imposible. Puedes pedir consejo para ganar confianza. Así, en algún momento, aunque no sea ya mismo, conseguirás un trabajo. Aunque te rechacen en alguna entrevista, te servirá para practicar cómo funcionan. Con estas palabras la niña ganará confianza y se sentirá más tranquila.

Recuerda que en el ejercicio ese niño eres tú y lo que te dices a ti mismo condiciona cómo te sientes y tu modo de actuar. No se trata de que no seas realista y que te engañes diciéndote que todo va ir genial, pero seguro que para ello no necesitas ser cruel y puedes plantear alternativas menos dañinas para facilitar un poco la vida. Así que ten la foto en un lugar visible y empieza a practicar.

Vuelve por el blog esta semana y dime cómo has encontrado a tu Pepito y si te has propuesto cambiar su discurso por uno de utilidad para ti.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>